Solemos escuchar que “hay que agregar más vida a los años y no más años a la vida”. Esta frase razonablemente prioriza la calidad por sobre la cantidad de años por vivir. Así estos dos beneficios parecen excluyentes, si quiero una buena calidad de vida no puedo pretender vivir más, porque los años cargan con la penuria de las enfermedades. La longevidad saludable que une los dos beneficios está directamente relacionada con la prevención de las enfermedades crónicas, porque después que comienzan (en promedio alrededor de los 60 años) la aterosclerosis, hipertensión arterial, alteraciones de los lípidos con elevación del colesterol, diabetes o cáncer, se deteriora la calidad de vida. De hecho, las enfermedades se producen por la enorme acumulación de daños oxidativos que genera el metabolismo en nuestras células. Por ello, el problema más importante con el que tenemos que lidiar en cuanto a salud, es con la acumulación de radicales libres que son tóxicos, un fenómeno conocido como Estrés Oxidativo.

La extensión de la vida de acuerdo a la salud y a esta acumulación de daños está conformada por 3 etapas. El primer tercio va desde el nacimiento hasta los 20 años. En él, vivimos una etapa de plena salud en donde las defensas antioxidantes toleran los daños oxidativos del metabolismo. El segundo tercio que va desde los 20 hasta los 60 años, lo llamamos etapa saludable. Aquí no hay una enfermedad clínicamente manifiesta, pero en las células se van produciendo daños que se acumulan, que son propios a los procesos del metabolismo y determinan alteraciones en sus funciones vitales. Por ejemplo, si comienzan a fallar los sistemas de regulación de la presión arterial, un día esta puede fallar y producirá un cuadro de hipertensión arterial. O si comienzan a fallar los sistemas que regulan el metabolismo de la glucosa, un día aparecerá un cuadro de hiperglucemia y diabetes. En esta etapa saludable, los sistemas de defensas antioxidantes ya están vencidos por los radicales libres cada vez más numerosos y el estrés oxidativo es cada vez más alto. El último tercio de la vida, después de los 60 años, es el de la enfermedad. Aquí, mal que nos pese, se deteriora la calidad de vida y se afecta la autoestima. Son ampliamente conocidas las medidas de prevención de enfermedades crónicas, tales como: comer y beber saludable, evitar el sedentarismo, no fumar, evitar el sobrepeso y la obesidad, mantener niveles bajos de colesterol malo y altos del colesterol bueno, como causas evitables de enfermedades crónicas. Pero no se conoce tanto aún, que desde la tercera década de la vida (entre los 20 y 30 años), las defensas antioxidantes comienzan a bajar un 1,2 % por año.

Por ello, junto a las medidas de prevención de las enfermedades crónicas ya mencionadas, la necesidad de suplementar la disminución de la protección antioxidante debería comenzar cuanto antes, en promedio a partir de los 30 años. Por lo que la recomendación es proteger la salud, suplementando la dieta diaria con un potente antioxidante como es FRAMINTROL Resveratrol de síntesis de máxima pureza, que produce un aumento muy significativo de las defensas antioxidantes propias, por activación de las SIRT1 en el ADN que como resultado prolongarán la etapa saludable de la vida. De esta manera, una buena calidad de vida y el aumento de la longevidad saludable no son excluyentes, si se aprovechan los 30 años de la etapa saludable para hacer un adecuado fortalecimiento de las defensas antioxidantes.